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Ay, el amor… qué bonito unas veces y qué complicado, otras. Cuando un matrimonio se rompe, además de ponerte de acuerdo con tu excónyuge, que ya es, tendrás que entenderte con la Agencia Tributaria. No es que vaya a ser protagonista de tu drama, pero sí puede ser un secundario de lujo bastante irritante. Por ello, te explicamos qué pasa con la declaración de la renta después del divorcio. Al final, nos guste o no, la única relación que es para siempre es la que tenemos con Hacienda 🤷
Para empezar, ten en cuenta que una vez se formalice el divorcio, ya no podrás hacer la declaración con tu pareja, sino que cada uno tendrá que hacer la renta de forma separada. Sin embargo, si tú y tu expareja tenéis hijos, uno de los dos sí podrá hacer la declaración conjunta con ellos.
Y ¿cómo se sabe qué miembros forman parte de la unidad familiar después del divorcio? En estos casos, la unidad familiar está formada por uno de los cónyuges junto con el total de los hijos, según se acuerde. Pero aquí hemos venido a hablar de otro libro, si quieres enterarte de cómo hacer la declaración de la renta con hijos, consulta nuestra guía.
Piensa que Hacienda se mueve por ejercicios anuales, es decir, que para hacer tu declaración de la renta tienes que tener en cuenta cuál era tu estado civil el 31 de diciembre. Si en ese momento, todavía no había sentencia de divorcio, tendrás que hacer tu declaración bajo estado matrimonial. Lo que no une el amor, lo une Hacienda.
Es decir, que la presentación de la demanda de divorcio, el reparto de bienes comunes o la división de la vivienda familiar, no son motivos de peso para separar las rentas de la pareja, ya que el divorcio, así como los cambios que este aplica en la renta, se materializan después de la sentencia del juez, no antes. Conclusión: si tú y tu excónyuge consideráis que os es favorable, podéis hacer una última declaración de la renta juntos. De despedida.
A veces, mezclar lo personal con lo profesional puede dar un nosequé, pero recuerda que las empresas tienen en cuenta la unidad familiar de los empleados para calcular la retención del IRPF en las nóminas. No te pueden exigir conocer tu estado civil, ya que es algo personal, pero si conocen cuál es tu situación podrán ajustar mejor el tipo de retención que se te aplicará. ¿Que no quieres que sepan nada de tu vida? Sin problema, no se acaba el mundo, estás en pleno derecho de no dar información que no quieras.
Hacienda solo se preocupa de tu estado civil, pero nosotros nos preocupamos de ti y de tu paz mental, y como con divorciarte seguro que ya tienes suficiente, únete contractualmente con un asesor fiscal online personalizado para que de tus impuestos nos encarguemos nosotros.
En muchos casos, el hecho de querer compartir el resto de tu vida con tu pareja, también puede llevarte a querer compartir todo lo que tienes: la casa, el coche, la cinta de correr… A esto se le llama un matrimonio en sociedad de gananciales, donde tooodo es de los dos.
Entonces, cuando se acaba el amor, ¿hay que declarar los bienes compartidos durante el matrimonio? Existen diferentes situaciones posibles, vamos a verlas.
Si el reparto de bienes no es simétrico, y uno se lleva más que otro, se dice que hay un exceso de adjudicación para una de las partes. En estos casos, Hacienda entiende que uno de los dos está obteniendo algo que no tenía antes, y ello conlleva unas obligaciones fiscales:
Todo este lío de impuestos se reduce cuando firmas la separación de bienes, donde se deja por escrito que aquí lo de uno es de uno y de nadie más. Luego está que quieras compartirlo con tu pareja, claro.
Ya hemos mencionado que la unidad familiar cambia después de un divorcio. Por más que se quiera, una misma persona no puede estar en dos unidades familiares diferentes, y los hijos no son una excepción. Entonces, ¿cómo se hace la declaración de la renta de padres separados?
Para empezar, hay que saber qué hijos dan la opción de tributar con los padres. Estos son:
Una vez que sepas si puedes incluir, o no, a los hijos en tu declaración de la renta, un juez deberá decidir, siempre en pro del bienestar de los menores, con quién de los dos convivirán.
Hay un factor clave que necesitas tener en cuenta al hacer la declaración de la renta después de un divorcio con hijos: uno de los progenitores pasará a ser una familia monoparental con la guardia y custodia, individual o compartida, de los hijos.
Ya hemos hablado en profundidad sobre el mínimo personal y familiar, la cantidad que Hacienda considera indispensable para vivir, y que, por lo tanto, no se declara en el IRPF. Esto también cambia cuando una pareja se separa y tiene la custodia compartida, ya que la cantidad se divide por igual entre los padres. En una separación con custodia individual, solo el progenitor a cargo de los hijos tiene derecho a reducirse este mínimo familiar (¡que menos!). No obstante, si uno de los progenitores no convive con los hijos, pero paga una pensión alimenticia, también puede optar a este mínimo familiar por descendientes.
En algunos casos, con la sentencia de divorcio se establece que uno de los progenitores pague una pensión a la parte menos favorecida de la separación. Nosotros no nos metemos en quién tiene que pagar a quién, solo te explicamos cómo afecta esto a tu declaración de la renta:
Hay situaciones en las que la pareja no llega a un mutuo acuerdo sobre las bases del divorcio: quién se queda con qué, quién va a vivir con los hijos… Estos casos se resuelven a través de un juicio, que tiene unos costes (las costas judiciales), como los honorarios de los abogados, por ejemplo.
En caso de perder, la parte ganadora puede reclamar el pago de las costas. Pase lo que pase, ¿sabes que te puedes desgravar el coste del abogado? El pago de esta cantidad se puede declarar como una pérdida patrimonial en la declaración de la renta y se puede compensar con las ganancias, a modo de reducción… No te estamos vendiendo la moto, algo medio bueno tenía que tener esto.
En TaxScouts no sabemos la fórmula para que el amor dure toda la vida. La que sí nos sabemos es la de las declaraciones de la renta perfectas. Un asesor personal te espera y, oye, si lo nuestro acaba un día, todo de mutuo acuerdo.
Sí, sí, como lo lees. Un crack de los impuestos se encarga de todo para que no tengas que preocuparte. ¡Superfácil!
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